Formentera es naturaleza ¿conoces su fauna y flora autóctona?
A lo largo de los años, Formentera se ha posicionado como uno de los destinos turísticos predilectos tanto fuera como dentro de nuestras fronteras. En sus apenas 84 kilómetros cuadrados se esconde un tesoro salvaje, mágico y libre, que no deja indiferente a quien pisa sus costas.
Bien es cierto que, gran parte de su atractivo es su variada oferta de ocio. Bares y restaurantes de lujo comparten espacio, público y vistas con locales familiares, de los de toda la vida. El verano de chiringuito aquí alcanza su máximo esplendor, con un entorno incomparable y con una sensación de buenrrollismo como en pocos lugares.

Eso sí, su mayor activo no está en la barra de un bar, ni en un puesto del paseo marítimo. Su gran valor es ese que rodea cada pueblo, cada comercio, cada casa. Y no es otro que su entorno natural, sus playas de aspecto vírgen; sus bosques cortados por la brisa marina; sus enormes acantilados que son ventanas al mar.
Y es que esta isla es naturaleza, por eso hoy queríamos dejar de lado su parte más festiva y hablaros de su mayor tesoro. Hoy os contaremos sobre la fauna y flora de Formentera.
Un fondo marino incomparable
Sin duda Formentera es conocida por sus playas. Concretamente por ese característico color de sus aguas. Tonos azules, turquesas, verdes colorean las orillas de la isla. Pero este singular lienzo tiene un por qué. Bajo la superficie crece uno de los seres vivos más espectaculares y curiosos del mundo: la Posidonia Oceánica.

Ya os hemos hablado en alguna ocasión de este organismo vivo, ¿sabíais que está catalogado como el más grande y longevo del mundo? Pues una buena parte de él está bajo las aguas que bañan Formentera. Y es precisamente esta inmensa pradera de vegetación subacuática la que confiere al mar de la isla esa paleta de colores.
Pero no sólo eso. La Posidonia actúa como un filtro natural para sedimentos, microorganismos dañinos y otros elementos que dañan la pureza del agua, de ahí a que el mar de la isla sea tan transparente y podamos deleitarnos con la infinidad de seres vivos que habitan su fondo marino.
Concretamente, esta planta marina milenaria alberga y da cobijo a más de 1.000 especies de animales marinos, muchos de ellos usados en la gastronomía balear.
Verde que te quiero verde
Pero no sólo de pan vive el hombre, ni sólo de Posidonia vive Formentera. Fuera parte de este ya conocido tesoro subacuático, en el interior de la isla conviven grandes extensiones de zonas boscosas, regiones semidesérticas, grandes acantilados, estanques y dunas. Cada una de ellas, con su fauna y su flora propias.
Si nos centramos en su vegetación más popular, Formentera se caracteriza por los pinos y las sabinas, ambos, los dos tipos de árbol más populares en la isla y que tejen su peculiar paisaje boscoso interior. En concreto, las sabinas constituyen uno de los grandes símbolos naturales de Formentera; son los árboles más emblemáticos y más abundantes, famosos por la peculiar forma que toman, sobre todo en el norte de la isla, a causa del viento.




Si nos acercamos a su parte más costera, todo su litoral está plagado de infinidad de arbustos, siendo el romero y el tomillo los más comunes, junto a otras especies de cultivo como la higuera, la patata, el almendro, el tomate y varias especies de cereales. ¿Entendéis ahora lo rico de su gastronomía?
Eso sí, su hay una planta que confiere el punto de color más vibrante en Formentera esa es la Buganvilla. Gracias al maravilloso clima de la isla, esta se ha convertido en una de las flores más queridas para adornar casas, calles, comercios. Pasear por sus pueblos es casi como estar en un cuento así que, sacad las cámaras, querréis inmortalizarlo.
Una rica y extensa fauna terrestre
Dejando de lado su evidente variedad animales marinos, el interior de Formentera también está plagado de una rica fauna autóctona terrestre y aérea. Más de 210 especies distintas de aves censadas surcan los cielos de nuestra joya del Mediterráneo. Búhos, flamencos, gaviotas, golondrinas, gorriones… Todo un espectáculo en los aires que completan la postal perfecta.




Eso sí, si nos tenemos que quedar con una especie animal 100% ‘marca Formentera’ esa es la lagartija. Son una de las especies más abundantes de toda la isla y, probablemente, de las más apreciadas. Muy llamativas, de un intenso color verdoso, moteadas, que incluso pueden llegar a adquirir vibrantes tonos azulados y amarillos.
Desde luego, algo sí podemos afirmar. El entorno de esta isla es privilegiado. Y justo aquí radica la importancia de preservarlo, cuidarlo y mantenerlo para poder seguir disfrutando siempre de Formentera. Tan salvaje, tan libre, tan viva.
Seguro que te han entrado ganas de venir a explorar cada rincón, ¿vamos buscando un alojamiento?